Justo eso es lo que se me viene a la cabeza cuando escucho esta canción. El hombre construyendo un muro a su alrededor con ladrillos de orgullo, y Dios perseverando, llamando a la puerta: "Aún te quiero. Siempre te querré. Siempre estaré luchando por ti. Vamos, confía en mi: solo el amor puede derribar esa muralla".
miércoles, 5 de diciembre de 2012
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